20 Oct
20Oct

      Creo que tú y yo estamos familiarizadas con el capítulo 31 de Proverbios. Un pasaje muy conocido como la mujer virtuosa (versos 10-31). Me atrevo a sospechar que tu aspiras, como yo, ser considerada como tal. En el transcurso de mi vida, en especial en los ultimos 5 años he aprendido que Dios utiliza su Palabra para hablarme verdad. Es lo que su Palabra declara sobre mí lo que cambia mi manera de pensar, de actuar y de sentirme.

     Por mucho tiempo batallé con inseguridad. Era una mujer que dependía de la opinión de los demás. Una mujer que buscaba validez en cosas que adquiría o títulos que se me otorgaban, una mujer que pensaba que el valor estaba en el fisico y como no soy una mujer agraciada fisicamente pensaba que no tenia valor, que yo era poca cosa; a pesar que ninguna persona de mi alrededor llamese mi esposo, padres, hermanos, amigos ect. nunca me hicieron sentir menos; alcontrario siempre he sido muy amada. Pero creo que el enemigo estaba haciendo estragos con migo para tenerme paralizada y que no pudiera tomar mi lugar y hacer lo que Dios tenia para mi.

      Una mujer que vivía con heridas que necesitaban ser sanadas y cicatrizadas por el Señor, porque ellas dictaban la manera en que vivía.

     Dios hizo un milagro en mí.  El me sacó de la inseguridad en que vivía para darme una identidad de una mujer de valor, una mujer con propósito, una mujer que enfrenta el futuro exactamente como lo describe Proverbios 31:25 sobre la mujer virtuosa.

    Algo interesante que quiero que sepas es que la palabra hebrea que se ha definido como “virtuosa” en Proverbios 31 en la traducción que usas, tiene la definición de “mujer valiente o mujer con valor”. Es más, el término ha sido usado en la Biblia cuando Dios habla sobre Gedeón como “poderoso guerrero” en Jueces 6:12. La connotación de “valor” nos da una base para lo que queremos hablar hoy.

     Quizá te preguntas por qué se ha traducido virtuosa en lugar de valiente o poderosa. No sé lo que costó ser una mujer valiente en aquellos tiempos. Sin embargo, tú y yo sabemos que la valentía es algo que necesitamos al transitar esta vida hoy en día.

    Creo que aún en la casa, como esposa y como mamá necesitamos esto que Proverbios 31 denomina como “mujer valiente o con valor”. En cualquier área de nuestras vidas necesitamos valor. El Comentario Bíblico de la Palabra lo traduce así: “Una mujer valiente, ¿quien la encontrará? Su valor está más allá de rubíes” (Proverbios 31:10).

     No tienes que ser una mujer insegura para que este verso sea una realidad en tu vida. Basta que tengas temores, dudas y quizá hasta complejos de alguna índole que están dictando tu manera de vivir. Es más, no sólo esto, sino heridas de tu pasado que están también señalando el rumbo de tu vida.

    Si queremos ser mujeres que caminan por esta vida con estas  cualidades de las que habla este verso, vamos a tener que dejar que Dios sane nuestras heridas. Muchas de nosotras quizá, por mucho tiempo, hemos tratado de tapar o maquillar las heridas que tenemos y pretendemos tenerlo todo bajo control. No te acuso, he estado allí en tu lugar. El primer paso para la sanidad es dejar que Dios vea nuestra herida, la atienda y la vista con sanidad en su lugar. Es un proceso que culminará con una cicatriz que te recordará, no a la herida, sino el poder de Dios para sanarte y restaurarte.

“Está vestida de fortaleza y dignidad,
y se ríe sin temor al futuro”
Proverbios 31:25 NTV

Fuerza y dignidad son su vestidura,
y sonríe al futuro . Proverbios 31:25 LBLA

    Dos cosas con las que tú, que conoces a Cristo, puedes contar  son: Fortaleza y Dignidad. No importa lo que sucedió el año pasado, dos, cinco o diez años atrás. Estos son dos regalos de Dios para tu vida que te pertenecen por ser su hija. El nos llama a vestirnos diariamente con ambas cosas: Fortaleza y Dignidad.

     En la vida diaria vamos a encontrarnos con situaciones que nos harán actuar de diferentes maneras. Quizá algunas nos causan hasta verguenza. Cuando tú y yo estemos a punto de revelar inseguridades nuestras, podemos recordar este verso y repetirlo: “Estoy vestida de fortaleza y dignidad”. Esto te dará lo que necesitas para encontrar el valor que te ayudará a superar esas emociones naturales que se presentarán.

Fortaleza, si tú estás en Cristo tu tienes poder divino nos dice la Biblia. Cuando te sientes débil su poder se perfecciona en nuestra debilidad. Si Jesús es tu Salvador, estás cubierta de fortaleza. Pero eso no es lo único que tenemos como vestidura. También tenenos dignidad.

Dignidad: El orgullo es la falsificación de la dignidad.Tener dignidad no es una postura de superioridad, de masculinidad o de arrogancia. ¿Qué es dignidad? El mismo término que se ha traducido “dignidad” en el pasaje de Proverbios 31 está traducido en Salmos 8:3-5. Esta Palabra dignidad fue escrita en el contexto a nuestro Dios. 

Cuando contemplo tus cielos,
    obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que allí fijaste,
me pregunto:
    «¿Qué es el hombre, para que en él pienses?
    ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?»
Pues lo hiciste poco menos que un dios,
    y lo coronaste de gloria y de honra.

Aquí la palabra se ha traducido honra (v.5). Podríamos reemplazar la palabra honra por dignidad en el verso y diría así: “Pues lo hiciste poco menos que un dios, y lo coronaste de gloria y de dignidad”. Dios nos ha dado dignidad. Hemos sido creadas con dignidad porque fuimos hechas a su imagen. De acuerdo a este verso hemos sido coronadas con dignidad.

Poseer dignidad significa que eres digna de respeto. Te lo digo otra vez: “Tu eres digna de respeto”. Es algo que Dios nos ha dado y nadie nos lo puede quitar. Nos pertenece. ¡Tenemos derecho a la dignidad! Si esto está enraizado en nuestros corazones no vamos a tener que fingir con orgullo. Si sabemos quienes somos y lo que Dios no ha dado, lo que otros piensen o digan de nosotros perderá su valor.

     Fíjate que Dios no puso este regalo en nuestras manos, sino en nuestra cabeza. La Biblia nos dice en  Salmo 8 que nos ha coronado con dignidad. La ha puesto aquí en la mente, en donde realmente la necesitamos. La dignidad tiene que ser algo que sabemos sin lugar a dudas. Tú estás vestida de fortaleza y dignidad, cree esto en tu corazón. Memoriza esta Palabra y verás el fruto que dará en tu vida.

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