Dios nos manda a que lo amemos completamente, no sólo dice que un poco, sino de todo corazón, con un amor sincero, con una completa pasión, Con todas tus fuerzas, que lo ames a él y al servicio que le ofreces, que le demuestres que lo amas con acciones y no palabras. Con toda tu alma, con un amor completo y una entrega total.
Estaba pensando Enamorarse de Jesús es algo tan asombroso porque no es un amor en el que sufres, no te preocupas en que si Dios te seguirá amando o te fallare algún día, como tal vez lo haces con las demás personas.
Tener una completa pasión por Dios significa que estás dispuesto para servir a Jesús sin importar tu situación o las consecuencias.
El tener esa pasión por servir a Dios, por desarrollar tu ministerio, tiene mucho que ver con tu propósito. Tu propósito es el trabajo para el cual Dios te ha creado. Si no lo conoces entonces esa pasión no puede existir. Pero, al conocerlo entonces puedes cumplir tu misión en la Tierra porque sabes que tienes que hacer, porque esa pasión te conduce a cumplirla. Un ejemplo de una persona apasionada que conocía su propósito fue Jesús.
El vivir apasionados por Dios es muy importante porque al hacerlo estas reconociéndolo. Lo reconoces al hacer tu trabajo, orando, alabándolo y no solo en eso sino que también en todo lo que haces, y lo haces todo como para él. Esto te hace sentir bien. Te sientes bendecido y crees que puedes hacer mucho porque tienes a Jesús. Como si estuvieras en el mejor momento en tu vida espiritual.
La pasión desata bendiciones y provoca el goza de Dios en tu vida porque obedeces a Dios y lo pones a el primero, es lo que te anima a seguir adelante porque estás viéndolo a él delante de ti. No te interesa tanto tu propio bienestar como el de los demás. Por causa de esto alabar y adorar a Dios no se vuelve un problema porque te enfocas más en el que en ti, igual con las personas, primero ellas y luego tú. El vivir apasionados nos trae muchas recompensas, como ya dije, desata muchas bendiciones, porque Dios sabe cuando haces algo de corazón. También, es importante porque cuando no vives apasionado por Dios, buscas tu propio bienestar, te vuelves egoísta y no sientes esa misma compasión hacia las personas.
Por tal motivo lo que hace el enemigo es robar nuestra pasión:
Porque de esta manera te desanima, acaba con tu esperanza, te lleva a tal punto en que tus oraciones sean débiles o peor aún te lleva al punto de ya no orar.
Entonces es cuando tenemos que buscar una estrategia para orar para recuperar nuestra pasión.
Una buena estrategia es recordarle al enemigo y recordarnos a nosotras mismas las promesas de Dios para nosotras.
ORAR POR NUESTRA PASION
Marcos 12:30
Y amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, con toda tu mente y con toda tu fuerza.
Lucas 12:34
Porque donde está tu tesoro, allí también está tu corazón
Ezequiel 36:26
Además te daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ti, quitare de ti carne el corazón de piedra y te daré un corazón de carne.
Salmo 51:10
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Jeremías 29:12-13
Me invocaras y vendrás a rogarme, y yo te escuchare, me buscaras y me encontraras, cuando me busques de todo corazón.
Deuteronomio 30:6
Además, el Señor, tu Dios circuncidara tu corazón y el de tus descendientes, para que ames al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.
Lamentaciones: 22-23
Las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana. Grande es su fidelidad!
ELISA ADAME
Inspirado del libro “ La Oracion Ferviente”
Priscilla Shirer